martes, julio 04, 2006

I Drink Your Blood : Jipis, tortitas y obreros rabiosos.

Un grupo de Jipis, excéntricos seguidores de Belcebú, van a parar a un pueblo semi fantasma donde habitan 40 personas, casi todas ellas obreros en la construcción en una presa cercana. Estos jipis de demoníacas aficiones dan una buena paliza a una moza de buen ver tras espiar ésta un ritual donde dichos fichajes sacrificaban, en toda su maldad satánica, un pollo ( que muere realmente, los muy villanos... ). No contentos con ello, hacen ingerir a dicha moza una porción de papel impregnado en LSD, en jerga juvenil, un Tripi. Y es más, hacen lo mismo con el abuelo de dicha moceta tras ocupar una casa del pueblo. El hermano de la moza, el mozo, y nieto a su vez del abuelo de la moza, un rapaz de unos doce años, fascinado con el trabajo de veterinario de su abuelo, decide vengarse. ¿Cómo? Nada más sencillo que inoculándoles Hidrofobia (véase también Rabia) en el desayuno, aprovechando sus contactos con la panadera del pueblo.¿A quién no se le hubiera ocurrido? Como consecuencia de ello los jipis oscurantistas enferman y comienzan a perder la poca cordura que tenían. Una de las jipis, algo ligera de cascos, decide coitar ( véase también Jincar, Calzar y Chivar) con casi la totalidad de los obreros del pueblo, contagiándoles la ya nombrada hidrofobia. Resultado : Un pueblo sumido en el caos, la muerte por desmembración y la angustia lógica de los pocos no infectados. Así es esta película, Frykandélika de 1er grado, titulada “I drink your Blood” (Perros rabiosos en su odiosa traducción al castellano). Rodada en 1970 y dirigida por David E. Durston. La peli tiene momentos sublimes (los obreros infectados me hicieron levantarme a aplaudir) y algunos detalles un poco más cutres, aunque está más que correcta, interpretaciones de los actores incluidas, teniendo en cuenta a los que nos tiene acostumbrados el cine poligonero. Eso sí, os recomendaría buscarla en VOS, pues el doblaje es pésimo. Unas cervecitas y adelante. Hacerlo por mi.

4 Comments:

At 9:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

Qué excelente pinta tiene esto. Habrá que agenciársela digo yo :)

 
At 9:29 a. m., Blogger La gata que no esta triste y azul said...

¿Inocular la rabia por via digestiva? :D :D :D :D
¿Y ademas por via sexual?
¡cielos la hidrofia como ETS!

 
At 12:24 a. m., Blogger John Trent said...

Juas, juas, esto tiene buena pinta, desde luego.

 
At 1:07 p. m., Blogger Libertino said...

Es espectacular.
Yo dije al respecto:
Me bebo tu sangre" (AKA Perros rabiosos), David E. Durston, 1970.
Ni mi compi de piso ni servidor la conocíamos, pero como diría el inimitable SazMann, va directamente a mi maleta.
Infinitas lágrimas cayeron por mi rostro anoche viendo esta joya del gore de serie Z.
Un grupo de hippies adoradores de Satán llega a un pueblucho semiabandonado 100% yanki donde violan y golpean a una chica y se hacen okupas de una casa.
El hermano de la chica les ofrece luego unos pasteles de carne con la rabia (le sacó sangre a un perro rabioso muerto) y se monta la de dios.
Llena de detalles descacharrantes, como la amistad y posterior romance de la víctima inicial con uno de sus agresores (que chica más maja, se lo perdona todo, hasta la violación), o unos currelas tirando de machete con la rabia en la sangre contagiados por haberse cepillado todos a la misma zorra hippie.
Babas blancas y música garage-surf para los ataques, una obra maestra llena de situaciones desternillantes casi todas protagonizadas por el jodido niño, en especial cuando "atraviesa" la puerta del granero y su reacción al descubrir a su abuelo empalado, dignas del mismísimo Ed Wood.
Lo cierto es que se ha convertido desde ya en un clásico de esos que tengo que enseñar a las visitas, tan grande que me va a costar quedarme con una frase, pero creo que la tengo.
Una frase: "Discúlpala, no sabe lo que hace, es muda"
Un 6.

 

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