Inseparables : Fraternidad superlativa.

No podía fallarme. David Cronenber, don “yo me lo guiso, yo me lo como”, Produjo, escribió, realizó y dirigió esta cinta canadiense, aparecida en 1988. En ella se refleja una historia real que tenía obsesionado a David ( permítanme que le llame David ) : la muerte de dos gemelos idénticos, los dos ginecólogos, de manera harto sospechosa. Dos hermanos, gemelos, tienen una consulta ginecológica de prestigio internacional. Nadie es capaz de distinguir “quien es quien” de los dos hermanos, así que comparten todo : pacientes, premios, mujeres... Están unidos por el alma. Viven juntos y lo que uno siente afecta directa e inexorablemente al otro. En estas aparece una mujer...como no...y se monta el pollo cuando uno de los dos hermanos se enamora verdaderamente de ella. Comienza entonces una metamorfosis sicológica, acentuada por las drogas, que pronto se convierte en una carrera hacia la autodestrucción. No defrauda, si bien es cierto que adolece de un ritmo discontinuo y de algún momento, breve, de tedio. Para los amantes del Cronemberg más visceral quizás se quede un poco corta, aunque el argumento en sí tampoco permitía desmadres sanguinolentos. Jeremy Irons protagoniza de manera, digamos..., correcta, esta película. Pero es la chica, Geneviève Bujold, la que, tanto como personaje como actriz, más floja resulta. Buena peli para vuestro Sofá.