Predator 2 : El Chupacabras llega a L.A.

Ha vuelto. Tras darle por el culo a las fuerzas especiales en Centro América, El Chupacabras Estelar decide darse un voltio por Los Ángeles (L.A.), justo cuando la ciudad es una hoya a presión por el enfrentamiento de los dos clanes de la droga, Colombianos y Jamaicanos, entre sí y con la policía, amén de un atosigante y anormal calor...Temperaturas elevadas y violencia gratuita, el reclamo idóneo para nuestro Chupacabras Galáctico. Aunque nuestro alienígena desvertebrador no contaba con la astucia de un policía, dispuesto a todo por vengar a un compañero muerto. El duelo está servido. Si bien Predator 2 ( "Depredador 2" e su optima castellanización ) no es una mala película, sin ser nada deslumbrante o sobresaliente, pesa en ella demasiado el fantasma de su insuperable primera parte, que se lo ponía muy, muy difícil a cualquier posible secuela. En comparación la tensión de esta segunda parte es nula, y el duelo Bestia-Humano, centro de la trama, se queda en algo irrelevante. Difícil lo tenían, pero podrían haberlo hecho mejor, “¿cómo? Maldito pedante”, pensareis, pues aprovechanto mejor el marco, la ciudad, L.A., que se queda casi como algo anecdótico y, sobre todo, con los actores. Así como en la primera parte los secundarios tenían peso argumental así como personajes bien definidos, en Predator 2 se los utiliza como recursos cliché, vacíos y poco motivantes, cargando todo el trabajo sobre Danny Glover, que, sintiéndolo mucho, no está a la altura. Decepcionante segunda parte, aunque se disfruta viéndola, ironías del Frykandelismo.

El Buque Maldito : Tetas, monjes y maquetas.

Aquí tenéis la segunda entrega de los “Monjes Zombies Asesina Macizas” (MZAM), titulada “El buque maldito”, dirigida y escrita en 1974 por el inigualable y desvergonzado Amando de Osorio, que no tuvo reparos en arriesgarse a hacer estas películas en la España de los 70, con chicas guapas enseñándolo casi todo y monjes excomulgados por el Papa que disfrutan asesinándolas cruelmente. Esta vez los MZAM vagan a la deriva por los mares del norte en un barco del siglo XVI, justo cuando un par de hermosas jovencitas (que casualidad...no podían ser maromos peludos, no...) en una pequeña embarcación, pasan por su lado. Estas chicas formaban parte de una campaña publicitaria algo rocambolesca para publicitar la motora en la que viajaban, y, visto que la motora no ofrece mucha seguridad, deciden subir al barco, donde descubrirán, una vez caída la noche, que algo extraño se cuece. Sin duda una mierda de pelí para el gran público, gloriosa para el espectador Frykandéliko, que disfrutará en su Sofá, esta cinta tiene errores de bulto e imperfecciones a puñados. La maqueta del barco es ridícula, incluso insultante, las actuaciones son penosas y los MZAM son bastante cutrones. Eso sí, el ritmo está bien logrado y la historia, simplona ella hasta decir basta, consigue ser interesante y entretenida, infinitamente más que la primera e incongruente película de la saga “La Noche del Terror Ciego”. Mención a parte merece el guión, castellano-paleto, que se permite expresiones como las siguientes : "EN DONDE está Cati" "LAS HARÁN fotografías" "para eso LA pago bien" en fin... Pese a ello sin duda habrá un sitio en nuestro corazón Frykandéliko para Amando de Osorio, director visionario olvidado por nuestro cine.

The Dead Next Door : Los caminos del Señor son inescrutables.

En un mundo dominado por los Zombies los humanos que sobreviven buscan el antídoto contra el virus que hace andar a los muertos. La Policía, reconvertida en “cazadores de Zombies”, es la encargada de mantener el orden así como de ayudar a los científicos en su difícil labor. El remedio está muy cerca, lástima que los zombies no piensen dejárselo nada facil, amén de una secta consagrada a la defensa de los zombies, dirigida por un pastor ye-ye al más puro estilo ciber-punk. Facilón argumento y simplón desarrollo son las notas predominantes de The dead Next Door (titulada en España, otra vez más por algún insustancial como Mondo Zombie) película de 1988 escrita y dirigida por J.R. Bookwalter, que no destaca más allá de alguna escena graciosa y ciertas pinceladas “gore” bien logradas. Pese a su simplicidad hemos de decir que el metraje aguanta el tipo gracias a un ritmo más o menos constante, y que, aunque parezca mentira, uno termina viéndola íntegra. Si bien está película no aportó nada nuevo o interesante al género zombie, es igualmente cierto que nos encontramos frente a una película Frykandélica en toda regla, que, junto a unas cervezas y unos nachos, puede alegrarnos la tarde de un lunes otoñal, tras salir del curre.

The Ultimate Warrior : El barrio donde habito no es ninguna pradera.

Año 2012, con las torres gemelas en pie, la humanidad ha vuelto a la edad de piedra. Los humanos que sobrevivieron a la extinción se organizan en grupos tribales, parapetados en los antiguos edificios, luchando entre sí por los pocos alimentos que aún quedan. Cada grupo tiene sus normas, su jefe. Cada grupo sobrevive como puede. A uno de ellos, el más civilizado, que ha conseguido hacer crecer alimentos, se ofrece un guerrero recién llegado a la devastada Nueva York. Este guerrero será clave en los planes de futuro de el jefe de la comuna, obsesionado por salvar la esperanza que las semillas logradas en sus dominios representan. Excelente y sorprendente obra de Robert Clouse, director especializado en películas de artes marciales, rodada en 1975, bajo un guión contundente de Robert Clouse. Esta película combina el género catastrofista de la época con una seriedad argumentativo narrativa y un estudio filosófico emotivo desconocidos en el género. Con los clichés de los 70, “The Ultimate Warrior” (Nueva Work, año 2012 en su edición española), consigue involucrar al espectador en la obra, haciendo que nos planteemos cual sería nuestra actitud en tales circunstancias. Si bien la narración puede parecer, en momentos determinados, áspera, es por que la historia lo requiere. Además, dicha narración, se ve reforzada más que apoyada por excelentes interpretaciones, secas y rudas a la par que la película, de Yul Brynner (Carson), Max Von Sydow (Barón), Joanna Miles (Melinda), William Smith (Carrot), Richard Kelton (Cal)...que cuajan unos papeles definidos y bien delimitados. Por otro lado, la película plantea el conflicto social del gregarismo. Se parte de dos grupos enfrentados, uno “civilizado” y otro “violento”. Pero el que parte como “civilizado” no duda en ejecutar, asesinar o humillar con saña a aquel que se sale de sus normas, quedando, moralmente, por debajo del que se entendía como grupo “violento” , ya que este último es lo que es y no se auto engaña con pretensiones de civismo. Esta separación gregaria se observa a su vez en la estética de la película, pues los “civilizados” visten en tonos claros y los “violentos” en tonos oscuros, lo que ayuda a compactar la narración. En definitiva, una de las obras cumbre del cine de ciencia ficción catastrofista, repleta de pequeños detalles, que nos hará gozar en nuestro sofá de una noche de otoño frikandéliko.

Paura Nella Città dei Morti Viventi : Spagueti Zombie

Un cura, algo revenido, se suicida colgándose de un pino en la ciudad norteamericana de Dunwich, ciudad asentada sobre un viejo asentamiento de brujas. Este hecho es la señal para que las puertas del averno se abran, liberando a los muertos del sueño eterno, haciéndoles retornar al mundo para terror de los vivos. Mientras, en Nueva York, un periodista salva a una hermosa joven, a la que todos crían muerta tras una sesión de espiritismo, de ser enterrada viva. Dicho periodista y la susodicha joven partirán a la difícil labor de evitar que los muertos dominen la tierra. Así es “Paura Nella Città dei Morti Viventi” (Miedo en la ciudad de los muertos vivientes en su edición española). Película dirigida y escrita por el incombustible y oportunista Lucio Fulci en 1980, quien logra esta vez su película más compacta, fluida e interesante. Bien realizada y evidentemente amena, “Paura Nella Città dei Morti Viventi” es una película pobre en matices y borrosa en su argumentación. Aunque bien desarrollada, se echan en falta muchos “por ques”, quedando sin explicación gran parte de lo acaecido. Intérpretes mediocres y música delirante, del italiano Fabio Frizzi, son lo peor de la película que, sin embargo, no la hacen desmerecer del todo, remontando el interés a golpe de buen gore, explícito y gratuito, de manos del maestro Gino de Rossi. Y es que Fulci va tras la nausea sin motivo, a por el desagrado mayúsculo y el sobresalto desasosegado. Tanto es así que esta película no se estrenó completa en ningún país, pues el trabajo que ofrecía a los censores de la época no era baladí. De hecho podréis encontrarla en la red, completa, sí, pero con escenas en aleman, otras en italiano, en español...un retal internacional como escape a la censura. Por que escenas duras tiene unas cuantas, como muestra un botón : Cuando el cura zombie “hipnotiza” a una joven hacéndole vomitar todo su aparato digestivo. Uf, hay que hacer de tripas corazón... No queda duda de Que Fulci es un cerdo oportunista que buscó el lucro a la estela del tirón del género zombie, pero no fue el único, además de hacerlo bien y de regalarnos no pocas escenas antológicas. Será un hijo de puta, sí, pero es nuestro hijo de puta. Sin duda la mejor, o menos mala para algunos, criatura de Fulci. Suerte con ella.