Miracle Mille : ¿Que harías tú, en un ataque preventivo de la URSS?

Retomando uno de los géneros que más me apasionan, el del “Terror Atómico”, que tuvo su génesis en la Guerra Fría, tengo el gusto de presentaros una de mis películas frykandélikas preferidas, Miracle Mille, de nuevo traducida por algún protozoo como “70 minutos para huir”...en fin). Película de relativo bajo coste, humilde, entretenida y desquiciante, supo proponer el terror del drama nuclear, aprovechándose de los últimos coletazos de la Guerra Fría, a escala humana, reflexionando sobre la reacción del hombre común frente a la fatalidad. Harry es un músico introvertido, patoso y algo inepto. De viaje en Los Ángeles conoce a una joven, claro estereotipo estético de la época, y entre ambos relampaguea la chispa del amor inmediato. Sin apenas conocerse acuerdan una cita para esa misma noche, después de que ella salga del trabajo en una cafetería, la cinematográfica "Johnnie's". Harry aprovecha el rato que dista de la cita para echarse un sueñecito en el Hotel PERO un apagón de luz durante una hora hace que su despertador, que no iba a pilas si no que estaba enchufado (manda narices), le despierte ya tarde para la cita. Harry acude a la cita y descubre su error, y, justo cuando se decide a ir a buscar a la chica, escucha una llamada de teléfono en la cabina... La llamada no es de ella, si no de un militar que cree estar llamando a su padre. El mensaje es claro : Ha comenzado, es el fin, en 70 minutos los misiles nucleares arrasaran los EEUU. Comienza entonces una carrera contra reloj para buscar y salvar a la chica. En su camino se cruzarán variopintos personajes y circunstancias desesperantes. Caos y destrucción. Bien, a mi esta película de 1988, dirigida y escrita por Steve de Jarnatt, que después de esto no hico mucho más, me parece una peli que cumple sus objetivos : Atrapar al espectador y hacernos reflexionar ¿qué coño haría yo en semejantes circunstancias? PERO, todo hay que decirlo, queda algo huérfana de guión y tiene unas bajadas de ritmo que pueden hacer que nos descolguemos un poco, amén de que la interpretación está pillada por los pelos y que es difícil, si no imposible, empatizar con tan estúpido y mete patas de protagonista. Aún así la recomiendo. La Guerra Fría tenía más chicha que la guerra contra el Terrorismo.